Éste nuevo "que se vayan todos", ¿Tiene contendido de Derecha?

Por Federico Agüero

La inflación de este año que nos aflige a todos va a llegar al 140%. Y viene una persona y dice que tiene una propuesta de reforma monetaria (dolarizar) para traer estabilidad. Los sesudos analistas decimos que eso no es posible, que es racional, pero quienes ya no tienen nada que perder ¡Eso no les importa! Es una opción más, incluso más tentadora que todos los discursos que defienden el sistema que ya no dio respuestas.

A Milei no lo votan los adolescentes de clase media que hacen una travesura, lo han votado trabajadores, desocupados, precarizados, jubilados, comerciantes, profesionales, gente de todas las edades. Y le ha ganado a estructuras partidarias que gastaron millones de pesos en sondeos de opinión, movilización y fiscalización.

Y puesto que el resultado nos asusta, la pregunta inevitable es ¿Su contenido, visto desde la intención del votante, es de derecha?

Los que gobiernan y los que hacemos política pensamos propuestas racionales, que aunque sean opositoras, en los últimos años no rompieron las lógicas qué han llevado al fracaso de los objetivos del mismo Estado de las clases dominantes. Por eso, los candidatos de los consensos salieron detrás de un experimento.

Federico Agüero Dirigente del PTP/PCR de la Capital de San Juan

Milei es un engendro, creado por un “Doctor Frankenstein”, que ahora se ha escapado del laboratorio y ya nadie controla, pero la gente no se asusta, se ha enternecido con su cruzada. Será porque es un absurdo, porque es un “guasón”, el que está donde no debería estar. Los que lo votaron están desafiando la lógica ¿Puede terminar en un desastre? Seguro.

Desde la racionalidad ¿se puede parar esto? Sí y para eso, lo único  racional es romper los moldes, las cadenas que hoy tiene el país, que es lo que quiere y pide el pueblo. Así lo expresó en las elecciones ayer.

La gente quiere estabilidad, seguridad, salud y trabajo. No son banderas de derecha, siempre fueron las consignas del campo popular, un espacio político que hoy no está dando respuesta.