Editorial: El periodismo es el primer borrador de la historia
Escrito en diciembre de 2012, gobierno de José Luis Gioja – Caso Sandunga
¿Por qué se fue Ruggieri?
Por Jorge Morales
Después del paso del tiempo, con los hechos a la vista podemos volver a preguntarnos ¿Por qué se fue el sacerdote Orlando Ruggieri de Jáchal? O lo que es más importante, ¿Por qué nadie lo defendió como se merecía?
La quema de la comisaría de Jáchal hace más de un año destapó la “olla de podredumbre” que todos conocíamos y mirábamos para otro lado. La desaparición de Miguel Muñoz, lamentablemente, produjo el quiebre en una sociedad al límite y con bronca por muchos casos de corrupción.
A pocos días de una elección (año 2011) la “orden” era que nada debía enturbiar el discurso de campaña: “Qué lindo está San Juan”, “Desarrollo sustentable”, “Jáchal va…”; entonces al primer quilombo social se debía meter preso al que pasara cerca. Eso es lo que se hizo.
Buscando instigadores, correteando menores, apresando ciudadanos por “portación de apellido; el caso es que había que meter miedo para que el departamento y la provincia se vean “flor”.
Funcionarios de gobierno provincial y departamental, en flatulenta complicidad con colegas de medios jachalleros, se encargaron de buscar instigadores sin hacerse cargo de su propia inoperancia profesional.
Orlando Ruggieri (Cura Párroco), Mariela Mesías (Directora Radio Nacional) y Jorge Morales (periodista La Región) tuvieron que declarar bajo la sospecha de instigación a la quema de la comisaría de Jáchal. Todos los nombrados
Frases de Ruggieri
Con el megáfono en mano y voz firme llegó a la puerta de la comisaría y dijo: “Estas cosas hay que hablarlas de una vez por todas, pero este no es el lugar ni el momento”… ¿Qué cosas “había que hablar”? La corrupción en la policía, en la justicia, en el poder político? El tráfico de drogas en Jáchal? ¿Qué cosas dijo que le costo la salida de Jáchal a Ruggieri?
En el sepelio de Miguel Mato Muñoz, Ruggieri dijo en dos oportunidades la frase que, en pocas horas, lo llevaría a declarar ante el Juez Carlos Mateo: “Ya lo dijo el padre Farías, Jáchal es la ciudad de crimen perfecto”. Estaba siendo el termómetro de una sociedad que no le cría a nadie. Ni a los justos, ni a los injustos.
Todos sabemos, católicos o no, que la curia tiene un lugar dentro de la sociedad y que es receptora de problemas sociales emergentes. Orlando Ruggieri no dijo lo que dijo por irresponsable. Y además agregó: “¿Cómo es posible, señor periodista, que se venda droga en Jáchal, que nos conocemos todos, y que la policía no sepa quién la vende?”
Para tratar de comprender el por qué de esta situación, es necesario volver a ese momento. Ocho días buscando al Sandunga, una sociedad harta de la inutilidad de los funcionarios y una corrupción enquistada desde hace más de diez años.
La Cámara Tercera dijo que los que mandaron a meter presos por la quema de la comisaría no son culpables; que no hay ninguna prueba. Que anulan el auto de procesamiento. O sea que no hay nada. Nunca hubo nada. Los metieron presos para que no se enoje el gobernador.
Ahora quién pide perdón en nombre del gobierno departamental, provincial y en nombre de la Justicia? “Da lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos, cara dura o polizón… Intendente o gobernador…”
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