A días de la elección, San Juan define a su próximo gobernador en un final cabeza a cabeza entre Orrego y Uñac

Por Ernesto Simón
A pocos días de celebrarse la elección del 14 de mayo, en la cual se definirá quién será el gobernador de San Juan durante los próximos 4 años, Uñac y Orrego pelean voto a voto en un final abierto.
Si bien hay una encuesta que lo da ganador a Sergio Uñac, otra lo muestra ganador a Marcelo Orrego. En ambas mediciones, la diferencia es muy ajustada y el que gane lo hará por menos de 5 puntos.
Uñac sigue poniendo el foco de su campaña en las obras, en sus 8 años de gestión y en el progreso.
Por su parte, Orrego deja al desnudo los problemas causados por el desgobierno nacional, y pone énfasis en la inflación, la falta de empleo y la corrupción.
A esto se deben sumar los aportes que harán, por un lado, Gioja, que sigue teniendo hinchada propia y le suma un buen porcentaje a Uñac en el espacio San Juan por Todos. Lo mismo que Fabián Gramajo, que en Chimbas arrima votos importantes.
Del otro lado, en Unidos por San Juan, Sergio Vallejos sigue creciendo y suma unos puntitos importantes, lo mismo que Marcelo Arancibia, que viene instalado de la elección del 2021 y sumará al espacio un porcentaje para nada despreciable.
La Izquierda sigue manteniendo su núcleo duro y todo haría pensar que, de conseguir el 7% de los votos, meterían un diputado departamental en una elección histórica.
Finalmente, el espacio de Milei en San Juan, llamado Frente Desarrollo y Libertad, es el más ausente en esta campaña y parece aspirar a no mucho más que una elección testimonial, con candidatos que son verdaderos ilustres desconocidos con aspiraciones de popularidad efímera e ideas inviables en una Argentina que se desmorona.
Las encuestas
En la desencantada trama de la puesta en escena de la contienda electoral, hubo una proliferación en redes sociales de falsas encuestas, las cuales aportaron confusión a un electorado ya extraviado y dubitativo.
Las falsas encuestas, elaboradas por los propios espacios políticos y viralizadas a través de redes, son apenas un placebo que sirve para bajar la ansiedad de la militancia ciega y vacía de ideas, que no encuentra tranquilidad en sus candidatos y necesita ver un número que certifique que en los próximos 4 años se le entregará parte del botín, es decir, un cargo político que les permita vivir dignamente mientras el resto de los votantes seguirá corriendo la coneja.
Ley de Lemas
La ley de lemas ha permitido que hoy, cualquier ilustre desconocido arme su propia lista, como en esos restaurantes chinos de tenedor libre, donde los comensales se sirven de cualquier bandeja lo que sea, pero a la larga se advierte que, por más menú que hayan seleccionado, la comida es siempre la misma y el gusto a aceite rancio es un sabor reconocible en cada uno de los platos.
Apoyados en un ego insustancial y poco elaborado, se puede encontrar en las listas a cualunques ignotos y a personajes exitosos que plotearon su 4 x 4 para encajar por todas partes su célebre imagen.
Buscan, más que el voto del ciudadano, la popularidad efímera y la fama mezquina, apoyada en nada más que su propia vacuidad para satisfacer el ego.
Tilingos y tilingas descubrieron, después de 40 años, que la democracia existe y que hay que asumir el compromiso cívico. En otras décadas no se daban cuenta, porque estaban ocupados amasando fortuna o viajando a Miami con un dólar barato que les entregó Menem a cambio de un empobrecimiento estructural y persistente de los que, sin que nadie los viera, se caían del sistema o eran empujados por una mano invisible llamada corrupción política.
Con la panza llena, el corazón contento, pero con la cabeza hueca, se convirtieron en protagonistas de la ley de lemas. Fue entonces cuando un ejército de ciudadanos se lanzó a disputar espacios públicos con carteles, parlantes, publicidad en radio y TV y promociones en redes sociales, como si pudiesen compensar con cash la falta de ideas, de ideología y de debate.
Nadie quiere la verdad, sólo quieren ver el show. Por eso no va como nos va.
En el medio, los ciudadanos
Mientras tanto, los ciudadanos, ya convertidos en lumpenaje, deambulamos por las calles buscando una respuesta a la frustración agresiva y a la decepción inocultable.
La violencia de los borregos ya no se aguanta más y la falta de reacción nos ha transformado en ovejas dóciles, sometidas a un sistema que nos convierte, lentamente, en espejos empañados de un esplendor que nunca más reflejará una imagen diáfana.
Final cabeza a cabeza en San Juan entre Sergio Uñac y Marcelo Orrego. La diferencia, para un lado o para el otro, será muy corta, y los sanjuaninos deberán decidir en días quién será el gobernador por los próximos 4 años.
Habrá que ver.
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