Cerraron las listas y se largó la campaña. Oficialismo versus oposición.

Cerraron las listas y se largó la campaña. Oficialismo versus oposición.

Y como tal vez pocas veces antes ha sucedido, estas elecciones tienen un par de condimentos especiales:

Una pandemia que nadie imaginaba y que se extiende en el tiempo, mucho más allá de lo que los más pesimistas esperaban

Y con la pandemia todo se complicó para la sociedad: pérdida de trabajo, negocios -tradicionales y aún de años- que tuvieron que cerrar, pymes fundidas, dificultades para circular, restricciones de todo tipo y tenor, deudas al por mayor ante la imposibilidad de trabajar y producir con normalidad, medidas muchas veces anticonstitucionales aplicadas en nombre de la 'emergencia' y de las cuales se hizo hasta un abuso intolerable, visos de autoritarismo hasta exacerbado (#Formosa es un claro ejemplo de hasta dónde puede llegar la tiranía de un señor feudal que se cree dueño de la vida y de la muerte de la gente), ideología de la peor por sobre la razón y el sentido común y lo peor de todo, una pésima Mala Praxis Sanitaria repleta de mentiras y promesas que ni siquiera quienes las hacían podían creerlas y que incluyeron los Vacunatorios Vip (entre tantas otras cosas) para adherentes, militantes, amigotes y amantes, en detrimento de quienes realmente eran el personal esencial que debía recibirla y los grupos etarios que conllevaban mayor riego de vida.

El resultado del desmanejo y los negociados ideológicos en la provisión de vacunas y en priorizar a los laboratorios amigos está a la vista y no hace falta decir que hay decenas de miles de familias que hoy lloran la pérdida de algún ser querido o incluso de algún amigo. Muertes evitables por cierto y cuyos responsables tienen nombre y apellido.

Otro de los condimentos es el hartazgo de una gran parte de la sociedad -agravado por la situación de este último casi año y medio- que ve como los padecimientos son siempre para ellos y que sin embargo la clase política y su círculo áulico de amigos ha seguido manteniendo su buen pasar, sus privilegios y su status quo. Algo así como el 'haz lo que yo diga mas no lo que yo haga.

La conocida ley del gallinero....

Y aunque obviamente hay provincias donde las cosas se han hecho un poco mejor que en otras, donde ha primado un poco más la empatía o el sentido común no vamos a desconocer que de muchos años a esta parte la política ha cambiado -para peor- y que la clase política se ha convertido en una casta de privilegiados -con muy honrosas excepciones para los que alcanzan los dedos de la mano- que son tan corporativos como lo puede ser el empresariado, el sindicalismo, el periodismo o la Iglesia.

Porque hay de todo en la viña del Señor!

La política desde hace décadas -transversal a todos los partidos- ya no está al servicio de la gente sino que utilizan a la gente para sus propios intereses partidarios y/o particulares. Se sirven de la gente

Y obviamente que la gente también es culpable por muchos motivos: desinterés, desentendimiento, comodidad, desidia, miedo, cobardía o hasta por interés, negocios, complicidad y tantas cosas más que sería largo de enumerar.

Y ese hartazgo mencionado ha conseguido algo impensado -sobre todo para la política- y que es el nacimiento un movimiento nuevo: los Autoconvocados.

Gente común y corriente, ciudadanos de a pie, muchos afiliados o con simpatías políticas y otros no, pero hartos de ver como se vulneran sus garantías y Derechos consagrados en la Constitución Nacional y que muchas veces no se cumplen, asqueados de tantos negociados con dineros de Estado -que salen de sus bolsillos-, de enriquecimientos ilícitos, de hijos y entenados, de una Justicia que casi siempre condena al ladrón de gallinas pero que sin embargo mide con otra vara a los hijos del poder o a quienes tienen dinero -muchas veces mal habido-, ..... Cansados de hacer de hijos de la pavota y que les mientan y se les rían en la cara con total impunidad.

Un movimiento de  Autoconvocados que es nuevo pero con un crecimiento incipiente y que está dispuesto a involucrarse, a controlar a sus gobernantes y a no permitir más atropellos.

Porque al fin y al cabo el soberano es el pueblo y los funcionarios, dirigentes y gobernantes son sus empleados -bien pagos por cierto- y con un contrato con fecha cierta de vencimiento que muchos quieren renovar aún sin haberlo cumplido de manera cabal ni habiendo cumplido con las promesas hechas ¿Por qué? ..... Debe ser que el poder enamora, tiene privilegios de los que es difícil desprenderse, y por lo visto la teta del Estado es dulce y rendidora.

Como decían los viejos de antes 'es malo acostumbrarse a lo bueno, y más duro es perderlo'

Y es obvio que cuando un animal está cebado o desbocado es difícil controlarlo, volver a tomar las riendas, pero tampoco se lo puede dejar que siga haciendo daño.

Estas elecciones legislativas son para diputados, precisamente quienes representan a la sociedad y la gente está en todo su derecho -amén de ser una obligación y un deber cívico- de más allá de votar, de participar activamente, involucrarse, fiscalizar y sobre todo interpelar y exigirle a los candidatos sin que por ello se tengan que enojar o indisponer. Una vez más, son nuestros empleados y nosotros los empleadores y los mandantes de lo que deben hacer

Alguien podrá sentirse dueño de un partido pero no es dueño de la voluntad ni de la decisión final de las personas -salvo aquellas que están dispuestas a vender su principios y por ende su voto-

Nadie tiene la vaca atada. Nadie es dueño de la verdad absoluta. Nadie tiene todas las soluciones sin la colaboración y el apoyo del resto. Nadie se salva solo. Y el que piense así se equivoca de cabo a rabo. Nada es para siempre y lo que fue alguna vez o hasta hoy puede no serlo en adelante.

Personalmente creo que es lo que está pasando. Y muchos lo saben -los políticos primero que nadie-  aunque se nieguen a aceptarlos, quieren negarlo o subestimar la situación.

Por suerte hoy ya mucha más gente no come vidrio ni está dispuesta a comprar más espejitos de colores por más lindos que los pinten.

Para colmo de males, hoy estamos en un contexto político por demás complicado, con una democracia en real peligro de terminar convirtiéndose en una dictadura castrochavista (quien lo niegue es ciego o fanático)

Los intereses del gobierno nacional actual -al que lamentablemente adhieren muchos gobiernos provinciales por no decir casi todos- son muy diferentes a los de una porción inmensa de la sociedad que lo único que pretende es vivir en una República donde haya Educación, Salud, Seguridad y Justicia

Hoy como tal vez pocas veces ha sucedido la gente le va a contar las costillas a los políticos y les va a exigir como debería haberlo hecho siempre. Y hoy como pocas veces vamos a ver cuáles son los políticos que van a escuchar a la sociedad respecto de sus reclamos, necesidades y prioridades y cuáles son los que van a seguir haciendo su juego y construyendo sus proyectos personales a espaldas de la gente que los tiene que votar.

Como esa frase tan popular que decía ¿de qué lado estás?

Ya estamos viendo en todas partes componendas interesadas, traiciones al por mayor, reacomodamientos convenientes, 'saltos' impensados.... un verdadero cambalache de 'sálvese quien pueda', muchas veces para seguir perteneciendo o no perder el statu-quo

Y en muchos casos para no quedar afuera con el riesgo de que por esas cosas que tiene la Justicia acomodaticia y tiempista que tenemos tener que terminar compareciendo ante los estrados judiciales para rendir cuentas pendientes

Y más allá del corazoncito político o las simpatías de cada cual, la gente tendrá que hacerse cargo de quienes y de que apoya

Si realmente le interesa cambiar lo que está mal o por el contrario no le importa trabajar en beneficio de unos pocos -tal vez con la esperanza de pellizcar algo también.

Si va a anteponer el compromiso social y el interés colectivo por sobre los privilegios de una minoría (la misma de siempre)

La gente tiene la última palabra y decidirá no sólo su propio destino sino que el de toda la sociedad

No es cierto que la mayoría nunca se equivoca: Hitler fue votado por millones de ciudadanos y ya sabemos de sobra como terminó todo.

Quienes hoy gobiernan ganaron por mayoría y sin embargo estamos como estamos. Y no es la primera vez que gobiernan ni tampoco la primera que se equivocan. Y en muchos casos ya son casi una repetición de años de promesas de que lo mejor está por venir, aunque nunca llega. Al menos para la gran mayoría

Cambiar o no Esta En Nosotros

Gustavo Herrmann - 26/07/2021