Más juntos que nunca

Por Ernesto Simón
Al poco tiempo de que Marcelo Orrego asumiera como gobernador de San Juan, en aquel lejano 10 de diciembre de 2023, la usina de rumores se echó a andar, acaso como generadora de esa funesta sustancia oscura que los peronistas liberan cuando no están en el poder.
Furibundos, lacerantes y movidos por la iracundia que los define y lo hunde en el profundo mar de la derrota, desde el PJ local lanzaron una serie de falsas noticias y rumores improbables para comenzar a desgastar de entrada al nuevo gobernador de San Juan.
Primero inventaron que Fabián Martín, el vice, estaba enojado con Orrego, incluso aparecieron mendaces versiones que los describían discutiendo acaloradamente.
La truculenta versión circuló por WhatsApp y por redes. Incluso, ni bien asumió el nuevo gobierno en San Juan, aparecieron diarios online surgidos desde las fauces peronistas, acaso como verdaderas canteras putrefactas de mentiras que parecen noticias. Vale decir: lo que comúnmente conocemos como fake news.
Tras una serie de episodios, la ominosa versión se desvaneció como tinta rancia arrojada al agua. Fabián Martín y Marcelo Orrego se encargaron de mostrarse más unidos que nunca. Incluso, sin el ánimo de caer en el comentario tautológico, no sería una hipérbole decir que ambos están espalda contra espalda, cubriéndose mutuamente del infausto veneno, ya inocuo, de un peronismo que extraña la chequera.
El Club de la Nostalgia
A esta altura de los hechos, la situación es inocultable: tanto Gioja como Uñac y toda la tropa perdedora que los sigue detrás, incluido el Presidente del PJ vernáculo, Quiroga Moyano, extrañan manejar con discrecionalidad la chequera del Estado.
¿Se acabaron los negocios de familias? Quizá sí, ojalá que sí. Expresión de deseo que seguramente se replicará en el imaginario colectivo de quienes soñamos con una república de iguales.
Es claro que los Muchachos del Club de la Nostalgia harán lo posible por limar el Gobierno de Orrego y Fabián Martín. Es fantasioso pensar que alguno de ellos pueda tener relación política con Gioja.
José Luis Gioja está acabado. Se convirtió en el estandarte nacional de la gerontopolítica, una insignia que seguramente molesta y lo deja flotando en la ridícula laguna del estancado escenario del bochorno.
El señor de los negocios debería saberlo: el tiempo es implacable y los días convierten al legendario Flaco Gioja en una sombra: la sombra que ya pronto serás.
Otros rumores improbables
Desde ciertos diarios online, medios que surgieron hace poco y en los cuales nadie sabe quién firma las notas, lanzaron rumores de cierto acercamiento de Orrego con Gioja, algo que es casi un oxímoron de la política local.
Si hay algo que el Gobernador Orrego tiene claro es que los horcos quieren el poder, es decir, el lugar sobre el cual está sentado ahora el mandatario.
Gioja, Uñac, Gramajo, Andino, Quiroga Moyano, Graciela Seva y tantos otros mariscales de la derrota, quieren el poder. No se conforman con alianzas colaborativas. Tampoco les interesa San Juan. De hecho, lo dejaron fundido.
Cuando Orrego asumió la gobernación de San Juan, la provincia tenía un rojo de 50.000.000.000 de pesos. Además, se debían 20.000.000.000 de pesos a empresas en concepto de obra pública que el Gobierno del PJ había dejado sin pagar.
No hay que olvidar tan pronto, porque la historia es una serie concatenada de episodios que hablan, siempre, desde el pasado: fueron Orrego y Martín quienes vencieron a la suma maquiavélica de Gioja + Uñac, una ecuación que a nadie le cerró en San Juan y el resultado se terminó evidenciando en las urnas, durante la votación de aquel no tan lejano 2 de julio de 2023, donde la fórmula de Unidos por San Juan aplastó a las dos listas peronistas.
Escenario adverso para el PJ y la oposición libertaria
Los números de la provincia empiezan a ordenarse. El gobernador, junto a su Ministro de Economía, Gutiérrez, hicieron todo por acomodar las desordenadas cuentas rojas que dejó Sergio Uñac.
De hecho, la recaudación provincial está mejorando tras la moratoria que lanzó el Gobierno de San Juan. Ese síntoma de confianza es letal para el peronismo, porque cuando la gente acude a pagar sus impuestos, es una diáfana señal de que está creyendo en su gobernante.
Por ahora sucede eso, aunque todo puede cambiar. En política no hay situaciones fijas, por el contrario, todo es dinámico y la realidad puede ser diferente de un mes para el otro.
Mientras tanto, la interna del PJ le da ventajas al oficialismo local. La división en el Congreso de la UCR, confirma que el radicalismo va camino a convertirse en un partido testimonial sin peso específico en el escenario político criollo.
Los libertarios de San Juan tienen su propia interna. Las divisiones viscerales y los pases de facturas entre las tres o cuatro líneas de adherentes a Milei están pensando más en el daño mutuo que en la competencia contra otras fuerzas.
Además, Villarruel tiene gente de confianza en San Juan, militantes que buscan debilitar a La Libertad Avanza oficial para conquistar casilleros que se puedan convertir, en el corto plazo, en candidaturas.
Por su parte, el Bloquismo se escindió del PJ, ya que ahora el peronismo no maneja la chequera. En el ABC del Bloquismo están los números, el Estado y la oportunidad. Esto hace suponer que en las elecciones venideras, los herederos de Cantoni y Bravo irán con lista propia, quitándole votos a la lista que armen a dedo Uñac y Gioja, sus antiguos socios.
Orrego y Martín tienen por ahora la capacidad de marcar agenda, de gobernar y de instalar los temas que luego gravitarán en el temario diario de los días que corren.
Epílogo reflexivo para los Muchachos del Club de la Nostalgia
La situación descrita desespera al peronismo, que aún no encuentra la manera de corroer y desgastar al oficialismo local.
Los Muchachos del Club de la Nostalgia deberían aceptar las cosas con más calma. En todo caso, tomar lecciones de republicanismo y entender que la alternancia en el poder es saludable para la democracia.
Esperar, muchachos, esperar un tiempo, quizá algún día San Juan olvide el saqueo que ustedes perpetraron con pérfida astucia y espeluznante caradures.
Hasta los más despreciables asaltantes encontraron su perdón a lo largo de la historia. ¿Por qué no ustedes? Es cuestión de confiar en la amnesia incondicional de los argentinos.
Así nos va.
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