Crónica del 16 de Marzo

Crónica  del 16 de Marzo

La historia de las luchas sociales, por la reivindicación de los derechos de los trabajadores, constituye un capítulo de injusticias y de logros, llevados a cabo dentro de contextos políticos de diversa índole. Tanto en dictadura como en democracia, los docentes fuimos vapuleados y manipulados de manera servil, como si la educación fuese mercancía de trueque.

Los representantes del pueblo, elegidos por voto popular, meten su cabeza como el avestruz, cuando tienen que escuchar a los que claman, argumentando con falacias la casi nula participación, a la hora de dar soluciones auténticas y concretas a los problemas. Todo termina de igual manera, los gremios que son quienes interceden ante el ejecutivo, para defender los derechos, se doblan y se colocan inmediatamente al lado del poder de turno, desoyendo el mandato real de los docentes. El objetivo es dividir, y enfrentar a la misma sociedad, para generar caos y justificar a través de la represión, políticas nefastas que no hacen otra cosa que enriquecer a unos pocos, y empobrecer a muchos. ¿Tanto cuesta dignificar un salario, cuando hasta hace poco el gobierno desembolsaba cifras millonarias para pagar aparatosas fiestas?   ¡La respuesta es clara y contundente, al pueblo hay que darle circo y un pan a medias… cortado en rebanadas!

Es hora de darle fin a éstos mecanismos viciosos, que no hacen más que horadar el alma y el sentir popular. La educación empieza por la cabeza, no porque sí. Sarmiento afirmó categóricamente que había que Educar al Soberano. Es nuestro deber y sacrificio, dar todo y poner en juego el saber, que es nuestro guía, y sin duda alguna que, desde ese lugar, y no de otro, surgirá para el bien de todas las generaciones, la tan anhelada justicia o equilibrio de las partes a través de un proyecto ejemplar.

Y acá estoy en el transitar de la ruta 40 con sus ademanes y paisajes semidesérticos, sus rutas descuidadas por las cabezas de avestruz. Desde el pensamiento a la practicidad es donde nos enseñamos para expresar; la solidaridad, la ayuda de los educadores, de los docentes que ven más allá de un aula, un suceso inesperado y el sentir social ante un imponderable, la colaboración concreta y en el hacer, lo empático se hace practico. Sin duda los docentes jachalleros genuinos y con vocación, logran, hacen, perciben.

“¡contra todo el poder que avasalla”, los docentes decimos, basta!

Autores: Ruke/Rudy