Javier Milei Presidente de todos los argentinos: la herencia inflacionaria, el fin de la decadencia y la reconstrucción del país
Ante el Congreso tras asumir y luego en la Casa Rosada, el flamante presidente insistió en los ejes centrales de su mensaje y el ajuste que pretende poner en marcha. Aseguró que "ningún gobierno ha recibido una herencia peor" que la que le toca y que "que tampoco hay lugar" para el gradualismo porque "no hay plata".
En una puesta que buscó el impacto, tanto desde lo gestual como lo discurso, Javier Milei asumió como presidente hablándole exclusivamente a "la gente", su principal capital político, y planteó un escenario económico letal. Aseguró que "ningún gobierno ha recibido una herencia peor" que la que le toca a él, que "no hay alternativa posible al ajuste" y que "que tampoco hay lugar" para el gradualismo porque "no hay plata". A cambio, prometió "el fin de la decadencia" y el inicio de "la reconstrucción de Argentina".
En otras palabras, ofreció sangre, sudor y lágrimas en el corto plazo para ver la "luz al final del túnel". Aunque, no especificó si eso llegaría en un mediano o largo plazo. Tampoco anunció cuáles serán sus primeras medidas.
Sus seguidores que habían movilizado primero a la plaza frente al Congreso (un rato después se trasladaron hasta la Plaza de Mayo) respondieron los tramos más crudos de su primer discurso al grito de "mo-to-sierra" y "Milei, querido, el pueblo está contigo".
Más tarde, cuando habló a la multitud desde el balcón de la Casa Rosada, le dijo a la gente: "He construido mi carrera política sobre decirles siempre la verdad, y eso no me fue gratis. Pero ustedes saben que prefiero decir una verdad incómoda antes que una mentira confortable", lanzó.
El eje conductor de la alocución principal, en el Congreso, fue la herencia recibida. "El kirchnerismo, que en sus inicios se jactaba de tener superávit gemelos, hoy nos deja déficit gemelos por 17% del PBI”, inició Milei.
"Los costos del desmadre monetario del gobierno saliente, haber emitido por 20 puntos del PBI como se hizo en el gobierno saliente, no es gratis, lo vamos a pagar en inflación", agregó.
En ese sentido reiteró que la situación es peor a la previa de la hiperinflación de Raúl Alfonsín y sentenció: "Nos dejan una inflación plantada del 15000% anual la cual vamos a luchar contra uñas y dientes para erradicarla".
El número, detalló, "implica una inflación del 52% mensual", y adelantó que las estimaciones privadas están planteando porcentajes de entre el 20 y el 40% mensual para diciembre, enero y febrero.
En seis oportunidades durante la media hora que habló repitió la frase "no hay alternativa".
"Debe quedar claro que no hay alternativa posible al ajuste. Tampoco hay lugar a la discusión entre shock y gradualismo", aseguró y sentenció: "Para hacer gradualismo es necesario que haya financiamiento y lamentablemente, tengo que decírselos de nuevo: no hay plata", remarcó.
En la apuesta de sembrar una luz de esperanza, prometió "luz al final": "Este es el último mal trago para comenzar la reconstrucción de Argentina". El reacomodamiento macro que vamos a impulsar, el cual será menos doloroso cuanto mayor sea la caída del riesgo país y cuanto mejor sea nuestra contención desde el ministerio de capital humano, la situación comenzará a mejorar. Esto es, habrá luz al final del camino".
La advertencia a la política
A la política le dedicó un primer pasaje en son de paz: "No venimos a perseguir a nadie, no venimos a saldar viejas vendettas ni a discutir espacios de poder".
Una frase que desilusionó a parte de sus seguidores que durante varios tramos en que Milei relataba "la herencia", respondían al grito de "pre-sos, pre-sos". También cantaron "Cristina se va presa".
Sin embargo, después Milei aclaró que no va a permitir que le obstruyan el camino. "No pedimos acompañamiento ciego, pero no vamos a tolerar que la hipocresía, la deshonestidad o la ambición de poder interfieran con el cambio que los argentinos elegimos".
En esa línea advirtió: "Aquellos que quieren utilizar la violencia o la extorsión para obstaculizar el cambio, les decimos que se van a encontrar con un presidente de convicciones inamovibles, que utilizara todos los resortes del Estado para avanzar en los cambios que nuestro país necesita".
Más directo fue con las organizaciones sociales: "El que corta no cobra".
Sobre la seguridad
En materia de seguridad planteó una frase ya repetida. "Con nosotros el que las hace las paga. Se acabó con el siga, siga de los delincuentes".
Antes de que inicie su discurso la multitud había vitoreado a las fuerzas de seguridad cuando desplegaron un doble cordón de seguridad. "Policía, policía", corearon.
"Argentina se ha convertido en un baño de sangre, los delincuentes caminan libres mientras los argentinos de bien se encierran tras las rejas, el narcotráfico se apoderó totalmente de nuestras calles a punto tal que una de las ciudades más importantes de nuestro país ha sido secuestrada por los narcos y la violencia", afirmó y prometió acabar con eso.
Sobre el final pareció pronunciar la única frase que no tenía guiada en el discurso "A ponerse de pie que vamos a salir", grito.
Esta vez no cantó "Panic Show" de La Renga ni sonó "Se viene el estallido", pero sí cerró el discurso al grito de "Viva la libertad carajo" e invocó a "las fuerzas del cielo", el pasaje bíblico que se volvió slogan durante la campaña.
A pesar del duro tono del discurso, sus seguidores se mostraron conformes. "Me pareció bien. Por lo menos alguien que nos dice la verdad: se viene un ajuste infernal", asegura Marcela. "Estuvo perfecto. Habló de lo que nos importa: la inflación y la inseguridad", agregan dos amigos que vinieron de zona sur.
Desde el balcón
Un par de horas después, ya en la Casa Rosada, el libertario pronunció un breve mensaje a la multitud que lo vivaba desde la plaza. Allí destacó que se propone "el fin de la noche populista".
"Si bien vamos a tener que soportar un periodo de dureza, vamos a salir adelante. No hay noche que no haya sido derrotada por el día. Hoy los argentinos de bien hemos decretado el fin de la noche populista y el renacer de una argentina prospera y liberal", destacó en el balcón.
Al despedirse de los militantes que se acercaron hasta la Plaza de Mayo, Milei intentó dejar un mensaje esperanzador a diferencia del discurso que realizó en la explanada del Congreso de la Nación, donde habló de la herencia económica recibida y anticipó que "no hay alternativa al ajuste".
"Pongámonos de pie y hagamos nuevamente grande la Argentina. Abracemos estas ideas y vamos a volver a hacer grande la Argentina. que Dios los bendiga y que las fuerzas del cielo nos guíen para hacer el mejor gobierno de la historia", sentenció.
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